La primera empresa en construir una nevera doméstica fue la americana General Electric, aunque no para sí misma, sino para la American Audiffren Refrigerating Machine Company del francés Marcel Audiffren, el primero en patentar una nevera diseñada para el hogar.
Las neveras Audiffren eran un auténtico lujo: la primera comercializada, en 1911, costaba la friolera de mil dólares. ¡Pero mil dólares de 1911 era el doble de lo que costaba un coche!
La Nevera de Archez
Allá por el siglo XII, un cristiano llamado Alfonso de Valdeflores mantenía relaciones con el cadi de la villa de Archez. Solían verse concierta frecuencia en la casa del muslin donde comían y bebían a placer. El caballero cristiano se maravillaba al ver los manjares.
Quizás lo que más le llamaba la atención al de Valdeflores era la frescura que presentaban los vinos y los manjares que se presentaban en la mesa.
Aquel castellano le pidió a su amigo musulmán que le descubriera el secreto de la frescura de las frutas y el vino. El muslin le pidió que le siguiera a la cocina, allí levantó una trampilla en el suelo que daba acceso a lo que hoy podríamos llamar una original nevera. Bajo esa trampilla un abundante chorro de agua fría caían sobre unas cestillas con frutas y botellas de vino lo que les proporcionaba aquel frescor natural tan agradable.