
Cuando Viktor Belenko en septiembre de 1976 deserto de la URSS con un MiG-25 Foxbat, la situación fue crítica, ya que el Foxbat apenas contaba con 30 segundos de combustible al momento de aterrizar en el aeropuerto civil de Hakodate, Japon. Este acto convirtió a Belenko en una figura clave para la inteligencia occidental.
Belenko era piloto del Regimiento de Cazas 513, dentro de la Undécima Fuerza Aérea Soviética, enmarcado a su vez en las Fuerzas de Defensa Aéreas Soviéticas (VVS). Prestaba servicios en la base de la localidad de Chuguyevka, Krai (territorio) de Primorie, en el extremo oriente ruso.
La razón detrás del uso de válvulas (o tubos de vacío) en el MiG-25 «Foxbat» es uno de los detalles tecnológicos más fascinantes de la Guerra Fría.
Aquí está la explicación detallada del por qué:
- Resistencia al Pulso Electromagnético (EMP)
Esta es la razón principal y más estratégica. Durante la Guerra Fría, se esperaba que cualquier conflicto a gran escala entre la URSS y EE.UU. podría involucrar el uso de armas nucleares.
Efecto EMP: La explosión de una bomba nuclear genera un pulso electromromagnético masivo y de muy corta duración que quema los circuitos electrónicos sensibles, como los transistores y los circuitos integrados (chips) de estado sólido.
Robustez de las Válvulas: Los tubos de vacío, al ser componentes más grandes y simples que funcionan con voltajes mucho más altos, son inherentemente mucho más resistentes a los efectos de un EMP. Un pulso que freiría instantáneamente un transistor, apenas afectaría a una válvula.
Garantía de Funcionamiento: Al equipar sus sistemas de radar y comunicaciones críticos con válvulas, los soviéticos se aseguraban de que, incluso después de un ataque nuclear, sus aviones de interceptación (como el MiG-25, diseñado para derribar bombarderos como el B-70 Valkyrie) pudieran despegar, recibir órdenes y operar sus poderosos radares en un entorno post-EMP.
- Facilidad de Mantenimiento y Producción
La industria electrónica soviética a menudo iba por detrás de la occidental en la miniaturización y producción masiva de componentes de estado sólido avanzados.
Tecnología Probada y Dominada: Los soviéticos tenían una gran experiencia y una cadena de producción bien establecida para los tubos de vacío. Era una tecnología fiable y conocida para ellos.
Reparación en Campo: Un sistema basado en válvulas era más fácil de diagnosticar y reparar para un técnico en una base aérea remota de Siberia. Podían localizar una válvula fundida y reemplazarla fácilmente, sin necesidad de equipos de diagnóstico microelectrónicos complejos.
- Rendimiento en Frecuencias Extremas
El MiG-25 estaba diseñado para volar a velocidades increíbles (Mach 2.8+). Para ello, necesitaba un radar excepcionalmente potente (el RP-25 «Smerch-A»).
Alta Potencia: El radar del MiG-25 era uno de los más potentes jamás montado en un caza de su época. Las válvulas de vacío son muy eficientes para generar grandes cantidades de energía en frecuencias de microondas, que es exactamente lo que necesitaba este radar para «quemar» through las interferencias y alcanzar objetivos a larga distancia.
La Desventaja: El Peso y el Calor
El uso de válvulas no era una solución perfecta y tenía grandes inconvenientes:
Enorme Peso: El sistema de radar del MiG-25, basado en válvulas, pesaba más de 500 kg. Era un equipo enorme y pesado.
Generación de Calor: Las válvulas generan una cantidad tremenda de calor. El MiG-25 necesitaba un sofisticado (y también pesado) sistema de refrigeración que utilizaba el combustible de los tanques como refrigerante para evitar que el propio radar se derritiera.
Conclusión
Cuando el teniente Viktor Belenko desertó con su MiG-25 a Japón en 1976, los expertos occidentales se quedaron atónitos al descubrir los tubos de vacío. Inicialmente, lo subestimaron, considerándolo una tecnología obsoleta. Sin embargo, pronto comprendieron la lógica brillante y pragmática detrás de esta elección:

Arriba: Desmontando el Mig-25 Foxbat para su estudio
No era un signo de atraso, sino una solución de ingeniería específica para una doctrina militar de la Guerra Fría que priorizaba la supervivencia y la operatividad en el peor de los escenarios posibles: una guerra nuclear total.
Fue un recordatorio de que la tecnología «más avanzada» no siempre es la «más adecuada» para una misión específica. La elección soviética fue cruda, robusta y perfectamente adaptada a su estrategia y capacidades industriales.



