¡Por supuesto! La historia del teniente coronel Stanislav Petrov y lo ocurrido en la madrugada del 26 de septiembre de 1983 es uno de los episodios más cruciales y aterradores de la Guerra Fría. Un error técnico estuvo a punto de desencadenar una guerra nuclear total.
Todo lo que pasó no me concernía era mi trabajo. Estaba simplemente haciendo mi trabajo y fui la persona correcta en el momento apropiado, eso es todo. Mi difunta esposa estuvo diez años sin saber nada del asunto. «¿Pero qué hiciste?», me preguntó. No hice nada.
Stanislav Yevgráfovich Petrov
Detalle de los hechos.
La Guerra Fría en su Punto Más Caliente
Tensión extrema: En 1983, las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética estaban en su peor momento desde la Crisis de los Misiles de Cuba.
Boicot y retórica agresiva: La URSS había boicoteado los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 (en respuesta al boicot estadounidense a los de Moscú 1980). El presidente estadounidense, Ronald Reagan, se refería a la URSS como el «Imperio del Mal» y promovía la Iniciativa de Defensa Estratégica (la «Guerra de las Galaxias»).
Accidente previo: Tan solo tres semanas antes, el 1 de septiembre, la Fuerza Aérea Soviética derribó el vuelo 007 de Korean Air Lines por haber entrado en su espacio aéreo, matando a las 269 personas a bordo. La tensión era palpable y los militares soviéticos estaban en un estado de alerta máxima, esperando una represalia.
El Hombre en el Centro de la Tormenta: Stanislav Petrov
Cargo: teniente coronel de la Fuerza de Defensa Aérea Soviética (PVO).
Misión esa noche: Era el oficial de turno en el búnker secreto Serpukhov-15, cerca de Moscú, el centro de mando de la inteligencia por satélite soviética Oko.
Su responsabilidad: Supervisar el sistema de alerta temprana y reportar inmediatamente cualquier lanzamiento de misiles estadounidense a sus superiores. El protocolo era claro: en caso de alerta, la respuesta soviética sería un ataque nuclear masivo de represalia inmediata. No había tiempo para deliberar.
La Madrugada del 26 de Septiembre de 1983: La Crisis de los Minutos
La secuencia de eventos ocurrió en un lapso de aproximadamente 15 minutos, poco después de la medianoche.
- 00:40 (hora local) – La Primera Alerta:
Las sirenas del búnker se activaron de repente. Una pantalla roja gigante mostró la palabra «LAUNCH» (LANZAMIENTO).
El sistema de satélites Oko reportó que un misil balístico intercontinental Minuteman había sido lanzado desde la base de Malstrom (Montana, EE. UU.) y se dirigía hacia la Unión Soviética. - La Reacción de Petrov:
Petrov se quedó atónito. Su formación y el protocolo le decían que debía informar del ataque de inmediato. Sin embargo, algo no cuadraba en su mente.
Razonamiento lógico nº1: «Si EE. UU. va a iniciar una guerra nuclear, lo haría con un ataque masivo y simultáneo, no con un solo misil. Sería un suicidio». - Minutos Después – Las Alertas Sucesivas:
El sistema dio una segunda alerta: otro misil lanzado.
Luego una tercera, una cuarta y finalmente una quinta.
Las pantallas ahora mostraban cinco misiles Minuteman en el aire, rumbo a la URSS. La presión era insoportable. Sus subordinados lo miraban, esperando órdenes. - La Decisión Crítica:
A pesar de la evidencia aparentemente irrefutable de las computadoras, Petrov dudó. Se basó en su intuición humana y en un detalle técnico:
Razonamiento lógico nº2: El sistema de satélites Oko era nuevo y, en su opinión, «nada es perfecto». Podía haber un error.
Razonamiento técnico: El sistema de alerta terrestre por radar (más fiable) no mostraba ningún misil acercándose. Los radares necesitarían más tiempo para detectarlos, pero la ausencia de confirmación lo hizo sospechar.
Tomó la decisión más trascendental de la historia moderna: declarar que se trataba de una falsa alarma. Reportó a sus superiores que había una «falla del sistema», desobedeciendo el protocolo militar por completo. - Minutos de Angustia:
Pasaron los minutos más largos de su vida, esperando para ver si estallaban las bombas. Si se equivocaba, millones de personas morirían por su inacción.
Finalmente, no hubo explosiones. El silencio confirmó que tenía razón.
Las Consecuencias y el Legado
Investigación: Una investigación posterior determinó que la causa de la falsa alarma fue una rara alineación de la luz solar reflejada en las nubes altas, que los satélites Oko interpretaron erróneamente como el despegue de cohetes.
Reconocimiento (y castigo):
Petrov no fue castigado formalmente, pero su carrera se estancó. Fue reasignado a un puesto menos sensible y poco después se retiró anticipadamente por «problemas de salud».
Su historia permaneció en secreto hasta la caída de la URSS, cuando fue revelada por uno de sus antiguos superiores.
Reconocimiento Póstumo: En sus últimos años de vida, Petrov recibió numerosos reconocimientos internacionales.
En 2006, recibió un homenaje en la ONU en Nueva York.
En 2012, recibió el Premio Alemán de Medios y fue llevado a una gira mundial, donde fue aclamado como «El hombre que salvó al mundo».
En 2013, se estrenó el documental «El hombre que salvó al mundo», protagonizado por Kevin Costner, Robert De Niro y otros, quienes le rindieron homenaje.
· En 2018, se inauguró una estatua en su honor en Nueva York.
· Muerte: Stanislav Petrov falleció el 19 de mayo de 2017 en Friázino (Rusia), a los 77 años, sin ser un hombre rico, pero sabiendo que su juicio calmado había evitado una catástrofe global.
Resumen de su Razón para Dudar
Petrov no fue un héroe por seguir órdenes, sino por desobedecerlas usando el sentido común. Su razonamiento se basó en dos pilares:
- La lógica del ataque nuclear: Un primer ataque sería abrumador, no con solo cinco misiles.
- La falta de confirmación: La ausencia de señales en los radares terrestres, un sistema más fiable, le hizo desconfiar de los nuevos y complejos satélites.
La historia de Petrov es un recordatorio eterno de los peligros de depender ciegamente de la tecnología, de la fragilidad de la paz y del poder de un solo individuo para cambiar el curso de la historia con un acto de coraje y humanidad.
